11 diciembre 2010

La increible historia de la bacteria que puso arsénico en su vida II

“Bajos niveles de fosfato en el medio de cultivo, investigadores inexpertos y malos revisores” son los factores que han llevado, a juicio de Norman Pace, microbiólogo de la Universidad de Colorado, a que se publicase en la revista Science una investigación de escasa credibilidad. No es el único que piensa así.

Desde que, hace algo más de una semana, saltara la noticia de que una bacteria era capaz de incorporar el arsénico en sus biomoléculas en sustitución del fósforo, muchas son las voces que han vertido duras críticas contra Felisa Wolfe-Simon y su equipo. ¿El motivo? Al parecer, el artículo hacía arriesgadas afirmaciones valiéndose de argumentos poco convincentes. Así, los delicados alfileres que antes prendían las conclusiones de la investigadora de la NASA sirven ahora de arma arrojadiza contra los autores.

Ante el temporal, estos últimos continúan mostrándose totalmente convencidos de la autenticidad de su hallazgo. Bajo mi punto de vista, tal actitud no es compatible con el avance de la ciencia si es que es verdad, como se está exponiendo en bastantes foros, que los susodichos se han dejado algunos ensayos determinantes en el tintero, ensayos que llevarían a demostrar o refutar la existencia de tal forma de vida.

He de decir que, cuando leí la noticia, se me antojó sugerente, revolucionaria y plausible. ¿Por qué no creer en la existencia de un organismo que ha hecho del arsénico un ingrediente más de su estructura biomolecular, que ha desarrollado mecanismos para neutralizarlo y estabilizarlo, y que ha conseguido emplearlo como sustitutivo parcial o total del fósforo? No es del todo descabellado. Al fin y al cabo, el arsénico es un elemento con propiedades fisicoquímicas similares a las del fósforo. De hecho, se sitúa debajo de él en la tabla periódica.

Convencido ahora por los discrepantes, no me queda otra que dejar de lado mi entusiasmo inicial y poner en cuarentena las capacidades de la maltrecha procariota.

Y es que la verdadera ciencia no ha de abrirse camino a bombo y platillo; tampoco ha de ser producto promocional de la NASA ni de cualquier otro tipo de entidad; la verdadera ciencia no ha de estar impregnada de intereses políticos ni socioeconómicos, tampoco ha de estar supeditada a la balanza de ciertos revisores. Se construye en función de lo que se demuestra y, en ningún caso, consiste en dar por rotundo algo a lo que no se llega en un experimento. Mayor delito tiene la cosa cuando
ese algo puede comprobarse haciendo un puñado adicional de ellos.



Información tomada de: Slate
Más información en:
Amazings
Imágenes de fotomontaje tomadas de:
Los Angeles Times y Madrimasd

04 diciembre 2010

La increíble historia de la bacteria que puso arsénico en su vida I

Carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre. Indispensables, fundamentales, insustituibles… Ingredientes básicos de ácidos nucleicos, lípidos y proteínas. Estos seis elementos mantenían la hegemonía de ser los selectos constituyentes de la exclusiva esencia de la vida. Hace unas horas, el equipo de la investigadora Felisa Wolfe-Simons y una discordante cepa bacteriana, perteneciente a la familia Halomonadaceae, lisaban el sólido dogma.


Moradora de las aguas del lago Mono (California, EE.UU), la procariota emplea el letal arsénico en sustitución del fósforo en muchas de sus biomoléculas, gracias a las propiedades químicas semejantes que poseen ambos. Eso sí, sólo recurre a esta estrategia cuando no le queda otro remedio, que la susodicha será extravagante pero no tonta. Surge ahora la incógnita de que pueda existir algún tipo de organismo en el que el fósforo no tenga cabida.

Volviendo a nuestra protagonista, lo más probable es que se trate un fósil viviente, testigo de una biosfera primitiva y reo, ahora, de un ambiente extremo. En cualquier caso, esta reliquia microbiana nos abre las puertas a un biocosmos diferente y hace plantearse, a los que no se lo planteaban, si cuando buscamos vida más allá de nuestro planeta nos ceñimos demasiado a los credos preestablecidos.

Realmente triste sería que todo este artículo se basase en una investigación insostenible e incapaz de sostener sus conclusiones... Por ello, te recomiendo que leas la segunda parte de esta historia.


Información tomada de: Eurekalert
Imágenes de fotomontaje tomadas de: Los Angeles Times y Madrimasd

15 noviembre 2010

Inmunofestival del humor

Esta tira pseudocómica está basada en hechos reales, conteniendo parte de verdad y parte de ficción. Podría haber ocurrido en cualquier laboratorio pero ocurrió en el nuestro. El chiste de la señorita Haircut es fácil de pillar pero cuesta reirse con él, a no ser... A no ser que te veas, sin saber cómo, protagonizando un improvisado inmunofestival del humor donde la desesperación deriva en una risa incontrolada. Estamos mal, sí. Nos lo tendremos que mirar, sí. Pero no somos los únicos.

31 octubre 2010

El dueño del invierno

Estaba hablando por teléfono hace ya varias tardes cuando, desde mi ventana, vi como dos pajarillos protagonizaban una acalorada disputa entre aleteos. Cuando, poco después, eché mano del telescopio, tuve un pequeño episodio de amnesia pasajera. En el jardín, un petirrojo (Erithacus rubecula) parecía asistir a un compañero que yacía en el suelo, aparentemente muerto. Olvidé por completo cuál había sido el génesis de la escena…


Decidí grabar un vídeo para captar con mayor realismo la situación. Fue entonces cuando se puso de manifiesto que no había ningún fallecido mas tampoco compasión. El otro petirrojo, repentinamente resucitado, había estado sometido por su contrincante durante varios minutos, sin que este le dejara margen de movimiento alguno.


Me cuenta mi amigo Miguelón que el petirrojo tiene fama de agresivo con sus congéneres y que, al contrario que fringílidos y páridos, muestra un carácter fuertemente territorial de cara al invierno para no verse falto de alimento. Y esa debió ser la razonable explicación porque, momentos después del tenso rifirrafe, pude ver al flamante ganador bravuconeando en las inmediaciones del campo de batalla mientras que el otro, por el contrario, quedaba relegado a un segundo plano, a bastantes metros del lugar. Lo supe porque una pequeña mota en el pico delataba al vencedor, al dueño del invierno.


Equipo:
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26 octubre 2010

Telaraña

Código rojo. Se activan las alarmas... Los efectivos del sistema inmune lidian fervientemente con un grupo de bacterias patógenas. Hace unos instantes se ha iniciado el eterno juego de estrategia en el que hay muchos más ases guardados que en la más turbia timba.

En esta silenciosa batalla, un enzima, la elastasa de los neutrófilos, ha salido de manera misteriosa de su refugio granular. Sin dejar pista alguna, se encuentra ya en el núcleo del glóbulo blanco rompiendo ciertas histonas, descompactando el ADN. Fuera, más allá de la membrana celular, continúa la lucha sin cuartel.

Volvamos al núcleo del neutrófilo… En él se está tejiendo una original estratagema que, si llega a buen puerto, podría acabar con el órdago bacteriano. A la elastasa, se ha unido otro enzima organular, la mieloperoxidasa. No parece tener sentido el intrigante cometido de este par de amigas moleculares. Ambas desenredan ávidamente la cromatina conformada por el ADN y algunas histonas. En breve, el hilo nucleotídico quedará listo para usarse. Ya no hay vuelta atrás.

Ajenas a la astucia neutrofílica, las temibles bacterias continúan mostrando sus cartas pero es demasiado tarde. Una telaraña de cromatina las atrapa, impidiéndolas seguir su lucha. Fin de la partida.



Información e imagen original tomadas de: Eurekalert

09 septiembre 2010

Caga el papa...


Un puñado de golondrinas, un torcecuellos… Otro de los asiduos visitantes estivales de mi hot-spot es el papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca). Además de posar en la instantánea que cuelgo, se podría decir que el cerrojillo fue víctima de una cámara oculta. Fue al visionarla cuando se me vino a la cabeza una pieza de nuestro refranero…



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08 septiembre 2010

Las boqueras del gorrión

Parece que ha empezado septiembre bastante pajaril... El protagonista de esta entrada es un pollo de gorrión común (Passer domesticus) que hace unos días jugueteaba entre las ramas de un pino piñonero (Pinus pinea) de mi hot-spot. Las boqueras amarillas del pollo y su desproporcionado pico me cautivaron. Por ello, no he podido resistirme a hacerle un hueco en el rincón.



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07 septiembre 2010

La golondrina de septiembre

Se acerca el fin del verano y, como cada año, las golondrinas (Hirundo rustica) revolotean en tropel por mi hot-spot. Andaba yo liado el pasado domingo con el telescopio cuando una de ellas paró un instante en un pequeño posadero. Al parecer, se trataba de un juvenil como me explicaba hace un rato mi amigo Miguelón en un correo, tras haberle enviado varias fotografías…

[…] garganta naranja pálido (no rojo acusado como en los adultos), plumaje marronáceo y mate (no negro-azulado brillante como en los adultos) y rectrices cortas, que apenas sobrepasan la proyección de las rémiges del ala (en adultos las rectrices sobrepasan siempre las rémiges, sobre todo en machos con rectrices muy largas)... estos pollitos no adquirirán aspecto de adulto hasta el invierno, cuando tanto pollos como adultos realicen muda completa en los cuarteles de invierno […]

Le dedico a él la entrada como muestra de gratitud por tan ilustrativa explicación.



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05 septiembre 2010

El mirlo calvo de la pluma leucina

Poco después de colgar ayer las instantáneas del torcecuellos (Jynx torquilla) en el rincón, tras quedar mi hot-spot sumido en la sombra, un mirlo (Turdus merula) saltarín captó mi atención. No sólo se me antojó excéntrico por el aspecto algo cómico que le otorgaba la calva que lucía sino, también, por la leucina pluma de su ala izquierda. Mientras le hacía, divertido, algunas fotos, no pude dejar de acordarme del mirlo blanco que inmortalice hace algo más de un año.



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Entradas relacionadas: El mirlo blanco

04 septiembre 2010

El viajero egoísta

Como el verano pasado, el torcecuellos (Jynx torquilla) ha hecho nuevamente escala en mi hot-spot en el viaje migratorio que le llevará a tierras africanas. Aunque he podido verle en los últimos días, no ha sido hasta hoy cuando he podido disfrutar de él y hacerle alguna foto aceptable. Me ha resultado curioso observar como el pícido viajero intimidaba a los gorriones comunes (Passer domesticus) de mi vecindario, haciendo amago de embestirlos con el pico. Después de librarse de la incómoda presencia, el torcecuellos volvía al incansable oficio de devorar insectos. Minutos más tarde, le perdía la pista.



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Entradas relacionadas: Torciendo el cuello para ver algo

29 agosto 2010

Aminoácidos caros, aminoácidos baratos

En el juego de la vida, gana el que mejor sabe administrar los recursos. Muchas veces, la solución más sencilla es la que resulta ser más efectiva a nivel evolutivo…


Para cualquier ser vivo, sintetizar biomoléculas conlleva un coste asociado. Por ello, el reciclaje de las unidades que las conforman siempre está activo. Valga por caso una bacteria dada... La susodicha procariota no puede permitirse el lujo de secretar a la inmensidad de su medio ambiente una proteína que esté constituida por una cadena de costosos aminoácidos, si cabe la posibilidad de confeccionar otra con idéntica funcionalidad y eficiencia que esté compuesta por aminoácidos menos valiosos. Por tanto, las bacterias de hoy son las descendientes de las austeras de ayer, de las ahorradoras, de aquellas que procuraron conservar dentro de sus membranas los aminoácidos más preciados. La selección natural obró para que así fuera, salvando a las más eficaces, energéticamente hablando, y nominando a las carentes de dicha ventaja adaptativa. Testigos desde los albores de la vida, si nuestros cuentacuentos ribosomales hablasen…



Información tomada de: Eurekalert
Imagen tomada de: Royal Society of Chemistry

17 agosto 2010

El garrapinos perjudicado

El pasado domingo, mientras disfrutaba de la fiesta del plumaje mojado desde mi ventana, un carbonero garrapinos (Parus ater) se posó un instante en una de las ramitas del sauce de mi hot-spot. Aunque salió de esta guisa, mi amada alcarreña y el insigne blogmaster del Grupo Aegithalos me alentaron a que colgara la foto del despeinado párido. A ver cuando pillo a su primo mayor…



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15 agosto 2010

Un trago de agua fresca

Siempre que se ponen en funcionamiento los aspersores de mi hot-spot, comienza la fiesta pajaril. Las que más disfrutan son las palomas torcaces (Columba palumbus). Una de ellas, se tumbaba hoy entre sol y sombra, dejándose mojar por la ducha programada. Otra, la protagonista del siguiente vídeo, bebía ávidamente de un improvisado bebedero un trago de agua fresca...



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12 agosto 2010

Los alvéolos del océano

Hace casi un año, contaba yo de los cianófagos…


En el siguiente vídeo puede verse como uno de estos cianófagos inyecta su material genético en una cianobacteria para replicarse. Acto seguido, se liberan, tras la lisis bacteriana, cientos de unidades víricas a la inmensidad del océano. Cuando no es necesario aumentar la prole, los cianófagos, sin embargo, transforman a la cianobacteria en una factoría ultraeficiente, capaz de generar un mayor volumen de oxígeno. La cianobacteria pierde el control; el pulmón oceánico respira más fuerte.



Entradas relacionadas: La triste historia de una marioneta color turquesa

10 agosto 2010

El hacedor de habones

Hoy, justo antes de comer, mi cuarto de baño me ha brindado una imagen casi onírica. Un mosquito (Culex pipiens) parecía flotar con su reflejo al estar posado sobre el espejo. Mientras lo fotografiaba se mostraba altanero, arrogante, sin mostrar atisbo alguno de querer escapar. La pesadilla de las noches estivales, el impertinente zumbido, el hacedor de habones. «¿Dónde estás? ¿Dónde te escondes? Da la cara.» Ahí estaba mi enemigo, el compañero oculto de tantas madrugadas...

«¡Corre! ¡Mátalo!» «Ya voy, abuelo… En cuanto le haga la foto.»

07 agosto 2010

La típula pausada

La escasez de pájaros de la pasada jornada dominical en el Borbotón (Brihuega, Guadalajara) contrastaba con la abundante presencia de insectos. Moscas, mariposas, saltamontes, polillas… Y una típula que, tras revolotear pesada y lentamente entre nuestras cabezas, fue a parar a una pequeña rama cercana en la que se posó. Me aventuraría a decir que es un ejemplar de la especie Tipula oleracea pero no lo voy a hacer... En cuanto a su aspecto, no hay que temerle, no pica.

04 agosto 2010

Las kairomonas del remero

Un zumbido se agita entre las hierbas. Una hembra de mosquito de la especie Culiseta longiareolata busca un lugar adecuado para depositar sus huevos. La charca elegida es, aparentemente, una localización idónea, perfecta… Pero no… Algo falla… La culícida cambia de idea y se aleja inesperadamente del emplazamiento.


Dos compuestos químicos impregnan la charca: n-heneicosano y n-tricosano. El dúo de kairomonas ha alertado al díptero. Un hambriento depredador se encuentra próximo y la hembra de mosquito no está dispuesta a que sus futuras larvas formen parte del funesto menú.

En el juego de las kairomonas, unos ganan y otros pierden. La especie que las detecta se aprovecha de tal capacidad mientras que la que las produce sufre una derrota evolutiva. En la historia que nos ocupa, el insensato del remero (Notonecta maculata) pone sobre aviso a la madre de sus presas, perdiendo un suculento bocado. Las avispadas culícidas han adquirido una ventajosa adaptación al codificar la presencia de dichos compuestos como una señal de peligro. Las larvas de mosquito tendrán, en último término, una mayor tasa de supervivencia.


La pelota está ahora en nuestro tejado... Nosotros también podemos jugar. Es posible que aprendamos a emplear adecuadamente estas y otras kairomonas a la hora de repeler los fastidiosos mosquitos allí donde su presencia nos sea non grata. ¿Debemos jugar?


Información tomada de: Eurekalert
Imágenes tomadas de:
World News, Wikimedia y Freixanet Saunasport

02 agosto 2010

El pequeño verdecillo y el garrulo feliz

Feliz año… Fue lo primero que dije la mañana de ayer al llegar a la estación de anillamiento del Borbotón (Brihuega, Guadalajara). Desde el verano anterior no pisaba por allí…

Como viene ocurriendo en lo que va de año, mal año, el número de capturas fue bastante modesto. Recordad que, como siempre, podéis ver las crónicas anteriores así como la de ayer en el blog del Grupo de Anillamiento Aegithalos.

Sin embargo, la escasez de aves no impidió disfrutar de una mañana agradable y entretenida, donde no faltaron los chascarrillos, las risas y las conversaciones filosóficas... Uno de los pajarillos anillados fue este ejemplar de verdecillo (Serinus serinus) que retraté con la cámara.


El otro inmortalizado fue este joven arrendajo (Garrulus glandarius). Que no les lleve a engaño esta instantánea en la que parece que el garrulo sonríe plácidamente de manera hipnótica. El córvido, como no podía ser de otra forma, no cesó en sus graznidos ni un momento. Lo de la foto es, por tanto, una ilusión óptica, pura ciencia ficción.

21 julio 2010

El urogallo mediterráneo

Hace cinco años, la comunidad científica descubrió lo que, al parecer, era un secreto a voces entre nuestros vecinos de tierras leonesas. Sin embargo, fue hace pocos días cuando saltó la noticia a la prensa…


Sumamente peculiares resultan ser los urogallos (Tetrao urogallus cantabricus) que habitan en la cornisa cantábrica. Su alimentación, rica en plantas del sotobosque como las arandaneras (Vaccinium myrtillus), y su vida en los hayedos (Fagus sylvatica) contrastan con los hábitos de sus congéneres europeos, moradores de bosques de coníferas. Lo de la población localizada hace un lustro en los Montes de León raya la excentricidad. Según las estimaciones preliminares elaboradas por la Universidad de León, alrededor de cuarenta galliformes pueblan esta zona, ya no circunscrita a la región eurosiberiana. Pertenecen a otra región biogeográfica, son urogallos mediterráneos, son los urogallos más sureños de toda Europa. Viven al abrigo de melojares (Quercus pyrenaica), se nutren de cistáceas, así como de bellotas y brotes de los propios melojos; soportan, al menos, un mes de sequía estival. ¿Cómo han conseguido asentarse en dicho ecosistema? ¿Deben jugar los hábitos alimenticios del urogallo cantábrico un papel importante en las estrategias de conservación de esta especie? Dicho de otro modo: ¿debemos dejar de proteger los antiguos santuarios del tetraónido porque éste pueda sustentarse gracias a diferentes tipos de alimentos y vivir en otros bosques? Obviamente, no. Puede que el urogallo guste de bellotas o de arándanos, puede que sea capaz de soportar un verano más seco pero, para que podamos encontrarlo en hayedos, pinares y melojares, debemos conservar todos estos hábitats, deben existir todos estos hábitats. Desvelar el refugio leonés donde se esconden es una decisión peliaguda, es poner a estos urogallos en el punto de mira. Sin embargo, es también incrementar el valor de esos melojares, es contar con una baza más para hacer fuerza y que pasen a formar parte de un área protegida, es salvaguardar una especie en peligro de extinción y erigirla como bandera para defender su propio territorio, un territorio que es, en definitiva, el de otras muchas especies menos mediáticas.



Información tomada de: El Mundo
Imágenes tomadas de: El Mundo, Wikipedia y Vanesa de las Heras Bravo

Entradas relacionadas con el urogallo cantábrico:
Un urogallo en los cables de la luz
La hora de los urogallos
Jugar a las siete y media
Uy que risa (
I) (II) (III)
El rosario de despropósitos

13 julio 2010

De vuvuzelas y gualdas

Vuvuzela. Es el curioso nombre acuñado para una pequeña planta bulbosa recientemente descubierta en una provincia sudafricana. Perteneciente a la familia de las iridáceas, la vuvuzela (Moraea vuvuzela) cuenta con un gineceo infundibuliforme, semejante a las sonoras trompetas sudafricanas cuyos ecos aún retumban en nuestros tímpanos. Dicho elemento floral ha sido el que ha inspirado a los miembros del Instituto Nacional de Biodiversidad de Sudáfrica (SANBI). No es algo casual. Al parecer, el establecimiento de tal denominación forma parte de un acuerdo entre dicho organismo y la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (GTZ), entidad que ya colaboró con el gobierno sudafricano en los preparativos del Mundial de fútbol conquistado por la Roja. El SANBI recibirá, por tanto, una inyección económica que ayudará a preservar especies amenazadas y en peligro de extinción, entre ellas, la propia vuvuzela. Sea la iridácea el broche botánico a esta competición pero no a este artículo…


De igual manera que resuenan todavía en nuestros oídos las vuvuzelas, también ondean fervientes en nuestras retinas los colores furiosos de la campeona del mundo. Que si importante es el poderío y la fuerza del rojo no menos lo es el dorado del amarillo gualda. Muchos desconocen, como yo hasta hace poco, que la tonalidad áurea de nuestra bandera se conseguía a partir de un tinte de elaboración artesanal. Este colorante se obtenía por cocción de la gualda (Reseda luteola), una especie bastante común que gusta de bordes de senderos, campos de cultivo o tierras baldías. La gualda posee unas espigas verde amarillentas en las que hacen piña unas flores humildes, discretas, sencillas, que se me antojan alegorías del veintitrés titular.



Información tomada de:
Afrol News
Imágenes tomadas de: El Mundo y Wikipedia

10 julio 2010

Los entes de Haircut

No era el único... Nuevas instantáneas enviadas por la señorita Haircut en la tarde del ocho de julio demuestran que el misterioso ente biofluorescente, fotografiado tres días antes, comparte protagonismo con otras formas similares. Ya no cabe duda alguna: se trata de seres vivos. Sin embargo, siguen siendo un puñado de microorganismos carentes de identidad. La incógnita vuelve a reavivarse... ¿Qué son los entes de Haircut?



Entrada relacionada: El misterioso ente biofluorescente

09 julio 2010

El misterioso ente biofluorescente

El lunes pasado, la señorita Haircut me envío una fotografía que había hecho en el microscopio de fluorescencia...

Aquella mañana del 5 de julio, Haircut estudiaba atentamente sus secciones cerebrales de ratón cuando descubrió algo inesperado que pronto tornó a enigmático… ¿Qué es lo que había fotografiado? ¿Un ser vivo? ¿Algo inerte? El extraño ente era biofluorescente, de eso no había duda, pero, ¿qué era aquello? Para identificar el raro espécimen se optó por llevar a cabo una minuciosa búsqueda en la red, búsqueda que resultó ser del todo infructuosa, un callejón sin salida…

Hace ya casi cien horas que nació este misterio y aún nadie le ha dado respuesta. Mucho me temo que incontables serán los días que permanezca sin ser desvelado. Buscamos ayuda. Buscamos saber qué fue lo que descubrió la señorita Haircut en una de sus secciones...



Entrada relacionada: Los entes de Haircut

08 julio 2010

El relatador incansable

Hace unos días tuve la oportunidad de fotografiar a un verdecillo (Serinus serinus). El relato incesante de esta chicharra emplumada cuando el calor aprieta nunca deja de sorprenderme... De hecho, los dados de la vida han querido que me encuentre ahora mismo en mi hot-spot y, en este preciso instante, el pequeño fringílido no cesa su chirriante parloteo, como si quisiera opinar de lo que escribo, como si quisiera opinar de todo.



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13 junio 2010

Estampa de una lagartija ibérica

Otro de los lacértidos de los que pudimos disfrutar en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas fue la lagartija ibérica (Podarcis hispanicus). El ejemplar que cuelgo lo fotografiamos mientras hacíamos la ruta del río Borosa, hace ya quince días. La verdad es que es un gustazo tenerlo inmortalizado para poderse uno deleitar con su porte y sus tonalidades. Enhorabuena a la fotógrafa porque la instantánea me parece fabulosa.



Agradecimientos a Iván Salgado y Miguel A. Hernández por su ayuda en la identificación de la especie.

09 junio 2010

El disfraz del sírfido

En las inmediaciones de uno de los miradores situados a orillas del Embalse del Tranco, en la Sierra de Cazorla, pudimos ver cómo un sírfido libaba las flores de una áurea compuesta en capítulo. No en vano, estos insectos son destacados agentes polinizadores. Prueba de ello son los granos de polen que se ven adheridos a su cuerpo en las fotos y que el sírfido disemina en sus viajes de flor en flor.

Los sírfidos, primos de moscas y moscardones, son un claro exponente del mimetismo batesiano. A lo largo de su historia evolutiva, estos dípteros han desarrollado una estructura y un bandeado que recuerda al de las abejas y otros himenópteros. Dichas características otorgan a esta familia una ventaja evolutiva ya que sus integrantes juegan a aparentar que no son simples mosquitas muertas, intimidando al personal.


07 junio 2010

Pasión cazorlense

Si algo hemos visto en Cazorla son lagartijas. Debe ser que uno se entretiene más en ver el suelo cuando nada ve en el cielo…

Mucha lagartija colilarga (Psammodromus algirus)… En la hojarasca, en las rocas, huyendo, posando…


Incluso copulando... Tremenda y enzarzada cópula. Nada romántica pero, al parecer, bastante efectiva.


Agradecimientos a Iván Salgado y Miguel A. Hernández por su ayuda en la identificación de la especie.

05 junio 2010

La ardilla de los merenderos


Buscábamos la tarde del viernes pasado una panorámica del pueblo de Cazorla, desde el cercano “Mirador de los Merenderos”, cuando escuchamos ciertos ruiditos en un pino cercano.

Una ardilla roja (Sciurus vulgaris) comía ávida los piñones de una de las piñas y brincaba de una a otra rama con su garbo habitual. La foto no es que sea una maravilla pero demasiado pocos son los mamíferos que aparecen en este rincón infectado de pájaros como para dejarla escapar.



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03 junio 2010

Remontando el Borosa

El pasado fin de semana hicimos una pequeña escapada al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas. El sábado por la mañana recorrimos la atractiva ruta que remonta el río Borosa, desde algo antes del denominado Charco de la Cuna hasta la Cerrada de Elías.

Precisamente en dicha cerrada, o curso arriba, se truncó el destino de una cabra montés (Capra pyrenaica) cuando se precipitó a las aguas del Borosa. Todo senderista pudo ver cómo su cuerpo inerte era retenido por un par de rocas y golpeado sin cesar por la corriente. Un triste final...

Triste final, también, el que deben sufrir los insectos a manos, o a hojas, de la grasilla de Cazorla (Pinguicula vallisneriifolia), endémica de la zona. Las víctimas de esta planta carnívora son digeridas tras quedarse pegadas en sus hojas. La merendola le reporta a la pinguícula un suplemento de nitrógeno nada desdeñable que, de otra manera, le sería difícil conseguir en las paredes rocosas de la Cerrada de Elías.

23 mayo 2010

El martinete alcarreño

La confusión se apoderó de nosotros, durante algunos segundos de la tarde de ayer, cuando una ardeida sobrevoló las alcarreñas aguas del Henares. ¿Una garcilla? ¿Una garza? No, no. Fue entonces cuando se nos encendió la bombilla, bajo la copiosa lluvia de pelusas de chopo (Populus nigra) que caía...

Un martinete (Nycticorax nyticorax) era el dueño de la silueta que nos creó tal desconcierto. Algunas fotos y un vídeo fue lo que obtuvimos de esta zancuda de la que no teníamos, hasta la fecha, el gusto de conocer. No se le puede pedir más. La segunda foto no tiene desperdicio y, en el vídeo, es fácil adivinar en qué momento detecta, nuestro protagonista, a su presa.




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El ruiseñor arriacense

Ayer por la tarde, un paseo por el margen del río Henares, a su paso por la ciudad de Guadalajara, nos dio alguna que otra satisfacción. Un ejemplar de ruiseñor (Luscinia megarhynchos) se prestó a que le grabásemos un vídeo mientras nos brindaba su recital. El destino quiso que un educado señor se cruzara en nuestro camino y ahuyentara al tenor al darnos las buenas tardes...



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13 mayo 2010

Un aiguarol en mi jardín

Tarde de nubes, sol, lluvias y lloviznas. Tarde con mayúscula sorpresa cuando un abejaruco (Merops apiaster) ha visitado mi hot-spot y se ha situado a unos quince metros de mi ventana. Entre dientes, le he rogado que no se fuera, mientras montaba apresurado el telescopio y la cámara…



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Entradas relacionadas:
Un abejaruco en el fotomatón



Nombre vernáculo del título de la entrada extraído de: Pestana Salido, A.J. 2009. "Las aves ibéricas en la cultura popular". Tundra Ediciones, Valencia

09 mayo 2010

El ratón que quería ser jabalí

Acababa de comenzar la primavera cuando la señorita Muffin tuvo que comenzar un nuevo experimento con ratones (Mus musculus). Los colocó en un artilugio, cual torturadora medieval, y les inyectó una toxina en el cerebro. Cada día, a partir de entonces, les inoculaba otros compuestos y les observaba detenidamente. Y así fue día tras día durante varias semanas.

Cuando, previamente, la señorita Muffin eligió a sus pequeños voluntarios, lo hizo en función del peso. Tan sólo rechazó a uno. Al parecer, no daba la talla en la báscula.

Cada mañana, mientras Muffin pinchaba a sus ratones, podía advertir como perdían algo de peso. Enigmáticamente, lejos de ganar gramos, nuestro diminuto protagonista adelgazaba más que el resto. La razón era evidente pero la estresada Muffin no tenía tiempo para él.

El último día del mes de abril, la señorita Muffin se reunió con todos sus compañeros en quirófano. Era la hora de sacrificar a sus pequeños roedores. Uno tras otro fueron pasando por la mesa de perfusión. Al coger al último ratón, a nuestro amigo, Muffin quedó sobrecogida al darse cuenta de qué le había estado ocurriendo durante todo aquel tiempo. No podía alimentarse bien, no podía comer. El roedor parecía sacado del imaginario popular. Había deseado convertirse en un jabalí, en una morsa, en un mamut o en Dios sabe qué animal mitológico. Se había convertido en la víctima de su anhelo. Sin embargo, de quien se convirtió realmente en víctima fue, como el resto, de la estresada señorita Muffin.