25 octubre 2007

Las artimañas de Legionella

Hablar de Legionella pneumophila es hablar de una reina del escaqueo que, cuan maestra del ajedrez celular, pone en jaque tras pocas jugadas al macrófago que la fagocita. El buen verdugo del sistema inmune torna a víctima en esta historia por haber osado enfrentarse a la señora de la legionelosis.


Todo comienza cuando, una vez fagocitada, la dama bacteriana es recluida en una vesícula endocítica. Condenada a una muerte enzimática segura, ante la inminente fusión de su carruaje con el lisosoma, Legionella cambia el rumbo de los acontecimientos y hace converger su vesícula con el retículo endoplásmico. Es aquí, en este orgánulo espacioso y rico en nutrientes, donde la bacteria prolifera a su antojo.

Para pasar desapercibida y no hacer saltar las alarmas de esa gran ciudad celular que es el macrófago, Legionella se sirve de dos proteínas. Con la primera, DrrA, modifica a la proteína celular Rab1 y la inutiliza. Con la segunda, LepB, hace que Rab1 vuelva a su configuración inicial, una vez que ya se ha instalado en el retículo. De esta forma, la sigilosa dama oscura consigue su objetivo: instalarse en su nueva morada sin que su hospedador se percate. El final no puede ser peor... El macrófago acaba por explotar, liberándose de esta forma la prole de Legionella.

Información tomada de: Eurekalert
Fotografía modificada a partir de una original tomada de: Futura-Sciences

24 octubre 2007

En un lugar de la mancha...

Veintiún segundos de vídeo y numerosos análisis de heces son la pruebas irrefutables de que el lince ibérico (Lynx pardina) ha vuelto a tierras manchegas. Valga un fotograma como aperitivo de este artículo...


Durante los últimos años, han ido apareciendo algunos excrementos y pelos del felino en zonas castellanas. Sin embargo, las investigaciones realizadas dictaminaban que correspondían a ejemplares aislados y, por tanto, no pertenecientes a ninguna población estable. En momentos puntuales, algunas voces iban más allá apuntando que había mierdas que eran colocadas meticulosamente en puntos estratégicos para así evitar la implantación de beneficiosas infraestructuras viarias.

Esta vez, por el contrario, estaríamos hablando de una población estable con potencial reproductor, constituida por varias decenas de individuos y algunos cachorros. Es la conclusión que se desprende de los análisis de ADN llevados a cabo por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, a partir de diversos excrementos encontrados en Castilla-La Mancha. Además, dos vídeos de trece y ocho segundos que protagonizan sendos ejemplares avalan la noticia.

De esta forma, algún lugar de la Mancha se habría convertido en el tercer núcleo reproductor del lince, junto con Doñana y Sierra Morena. Digo yo que algo habrá tenido que ver el Plan de Recuperación de la especie que se aprobó en esta comunidad en 2003. Castilla-La Mancha apostó y ha ganado…

Madrid, julio de 2006. El ejecutivo regional de Esperanza Aguirre sentenció que se podía dar por extinto al lince en la región. Puede que así fuese y sea, no lo dudo. Pero, bajo mi punto de vista, lo más importante no es que haya o no lince, sino que se apueste por la conservación de su hábitat para que algún día sea factible su regreso. Los descendientes de un lince andaluz o manchego puede que, en un futuro, sean madrileños, o “gatos” que diría aquel. Al fin y al cabo, el lince no entiende de autonomías. Quizás eso sea lo que no entienden nuestros políticos.

Información y fotografía tomada de: El País

07 octubre 2007

Belleza fúngica


Ejemplares de Amanita muscaria
Senda de las Carretas
Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra (Guadalajara)
6 de octubre de 2007

03 octubre 2007

La guadaña del diablo

Por el nombre, pareciera que estuviésemos hablando de un mal diagnosticado por uno de esos curanderos que se apuntan al carro de la pseudomedicina milagrosa... Pero no. El tumor facial del diablo es una patología que, desde hace una década, está diezmando la población de un conocido marsupial: el diablo de Tasmania (Sarcophilus laniarius).


Invitado frecuente en los foros de animación, el famoso mamífero está pasando por uno de sus peores momentos. De carácter parasítico, la enfermedad tumoral del diablo se está convirtiendo en una guadaña para la especie debido a que es altamente contagiosa, algo, afortunadamente, poco usual en estas afecciones.

El hecho de que la población del diablo se reduzca a un área geográfica tan limitada, la isla de Tasmania, hace que los niveles de endogamia sean muy altos, hecho que se traduce en una deficiente variabilidad genética, incapaz de hacer frente a esta “peste tumoral”. Para mitigar el desastre, se están trasladando individuos sanos a la cercana Australia con el fin de preservar, en la medida de lo posible, a esta especie singular. Esperemos que no tengamos que asistir a una extinción como la de otro de sus compañeros de reparto: el pájaro dodo (Raphus cucullatus).


Información y fotografía tomada de: Público