27 mayo 2008

Uy... Qué risa (II)

Vaya por delante que no tengo nada en contra de los vecinos del concejo de Caso. Les pido disculpas por mi última bioprotesta ya que no era a ellos a quienes quería acertar con mi dardo, si es que así pudiera interpretarse.

Mi reproche va dirigido hacia los responsables de esta situación. No se equivoquen; no es mi objetivo demonizarlos. Pero una cosa es una cosa y otra es otra... Lo que no se puede ni se debe permitir es que el reflejo de una posible extinción se convierta en una verbena jocosa en la que algunos se queden entre bambalinas sombrías. Quizás, nótese el tono irónico, deberían salir a escena y contar a sus gentes la gravedad del asunto. Que una cosa es que el urogallo Mansín, que así se llama el protagonista de la polémica, se pasee por las calles de Tarna o Nieves y otra, muy distinta, que sea normal.

Los urogallos que habitaban en los Alpes tuvieron comportamientos parecidos. Tuvieron... Pasado. Hoy no queda ninguno. Vamos... Me mondo.

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