28 septiembre 2009

Amor adolescente

Ayer asistí de nuevo a una jornada de anillamiento del Grupo Aegithalos, cuyos pormenores podéis ya encontrar en el blog del colectivo. Entre las aves capturadas, destaco, en primer lugar, un macho y una hembra juveniles de curruca capirotada (Sylvia atricapilla). Los dos emplumados fueron partícipes de mi romántica fábula imaginada, perdiéndose entre los matorrales con sus anillas de compromiso. Mucho me temo que el viaje que les llevará a tierras africanas no llegará a buen puerto. Dicen que nada tiene que ver la velocidad con el tocino… Salvo en este caso. El cálido comienzo que está teniendo el otoño esta retrasando su marcha; una marcha para la que es indispensable tener unos depósitos de grasa con la que, según pudimos comprobar, no contaban nuestro par de tórtolos. Buena suerte… Os va a hacer falta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"nada tiene que ver la velocidad con el tocino, salvo en este caso"... jajajajajaja buenísimo!!!!!
Un abrazo dóctorrr

Marco de Mesa Cáceres dijo...

Gracias por tu comentario...

Un abrazo.

Marco