Hablar de Legionella pneumophila es hablar de una reina del escaqueo que, cuan maestra del ajedrez celular, pone en jaque tras pocas jugadas al macrófago que la fagocita. El buen verdugo del sistema inmune torna a víctima en esta historia por haber osado enfrentarse a la señora de la legionelosis.
Todo comienza cuando, una vez fagocitada, la dama bacteriana es recluida en una vesícula endocítica. Condenada a una muerte enzimática segura, ante la inminente fusión de su carruaje con el lisosoma, Legionella cambia el rumbo de los acontecimientos y hace converger su vesícula con el retículo endoplásmico. Es aquí, en este orgánulo espacioso y rico en nutrientes, donde la bacteria prolifera a su antojo.
Para pasar desapercibida y no hacer saltar las alarmas de esa gran ciudad celular que es el macrófago, Legionella se sirve de dos proteínas. Con la primera, DrrA, modifica a la proteína celular Rab1 y la inutiliza. Con la segunda, LepB, hace que Rab1 vuelva a su configuración inicial, una vez que ya se ha instalado en el retículo. De esta forma, la sigilosa dama oscura consigue su objetivo: instalarse en su nueva morada sin que su hospedador se percate. El final no puede ser peor... El macrófago acaba por explotar, liberándose de esta forma la prole de Legionella.
Información tomada de: Eurekalert
Fotografía modificada a partir de una original tomada de: Futura-Sciences
Todo comienza cuando, una vez fagocitada, la dama bacteriana es recluida en una vesícula endocítica. Condenada a una muerte enzimática segura, ante la inminente fusión de su carruaje con el lisosoma, Legionella cambia el rumbo de los acontecimientos y hace converger su vesícula con el retículo endoplásmico. Es aquí, en este orgánulo espacioso y rico en nutrientes, donde la bacteria prolifera a su antojo.
Para pasar desapercibida y no hacer saltar las alarmas de esa gran ciudad celular que es el macrófago, Legionella se sirve de dos proteínas. Con la primera, DrrA, modifica a la proteína celular Rab1 y la inutiliza. Con la segunda, LepB, hace que Rab1 vuelva a su configuración inicial, una vez que ya se ha instalado en el retículo. De esta forma, la sigilosa dama oscura consigue su objetivo: instalarse en su nueva morada sin que su hospedador se percate. El final no puede ser peor... El macrófago acaba por explotar, liberándose de esta forma la prole de Legionella.
Información tomada de: Eurekalert
Fotografía modificada a partir de una original tomada de: Futura-Sciences
2 comentarios:
Hola, encontré tu blog por este articulo, ya que buscaba información de la Legionella porque tenia que estudiarmela. La verdad es que me fue de gran utilidad, pues cuenta la fisiopatologia de un modo muy didáctico, no cuesta ni entenderla ni memorizarla.
Gracias y un saludo
Gracias a ti. Me alegro de que te haya sido útil. Un saludo.
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