19 abril 2007

Bienvenido al club

Ya son tres los genomas de primates secuenciados. Hace unos días, el macaco rhesus (Macaca mulatta) entró a formar parte del selecto club al que ya pertenecíamos chimpancés (Pan troglodytes) y humanos (Homo sapiens).

Aunque la historia evolutiva nos separó de ellos hace 25 millones de años, estos macacos son un modelo extraordinario para el estudio biomédico de enfermedades como el SIDA. Por ello, el conocimiento profundo de su genoma debería traducirse en la extracción de un mayor número de conclusiones a partir de investigaciones con un menor número de individuos.

Sin embargo, la secuenciación de su genoma también servirá para desentrañar el misterio de la evolución humana. Se han contabilizado alrededor de 200 genes implicados en la evolución hacia nuestra especie. Fusión gamética, estructura del pelo, sistema inmune… Ninguno tiene que ver, al parecer, con el tamaño encefálico. Si esto te resulta curioso, no te pierdas el último párrafo.

Algunas enfermedades, como la fenilcetonuria, producen cierto grado de retraso mental. ¿La causa? Una proteína mutada. Sorprendentemente, proteínas iguales a la defectuosa se presentan en este macaco de manera natural y sin ninguna patología asociada. Inquietante. ¿Explicación? Se postula que aquellas mutaciones que hacen que una proteína retorne a un estado preexistente de la evolución provoquen, en último término, retraso mental. Se admiten apuestas.

Información tomada de: NewScientist.com
Imagen tomada de: National Geographic

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