08 julio 2013

A la sombra de un almendro

El destino ha hecho que el rincón haga de nuevo un hueco al allozar familiar… Un asunto funesto nos hizo ayer descubrir que la vida siempre se abre camino. Aunque un vencejo (Apus apus) descansa, de momento, como la Eloísa de Jardiel Poncela, una caja nido, otrora olvidada, hervía de vida a la sombra de un almendro (Prunus dulcis). 

Apostábamos que los nuevos propietarios del nido serían herrerillos (Cyanistes caeruleus) pero una espera frente a él dejaba patente que estábamos equivocados. Mis queridos carboneros (Parus major) eran los afortunados padres de los pollos de nuestra caja. 

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