24 agosto 2009

El asesinato del huésped de medianoche

El reloj marcaba las doce de la noche. En la penumbra, recorrí el pasillo y crucé el salón hasta alcanzar una de las ventanas. Fue entonces cuando lo vi, posado en una de las persianas. Rápidamente, di media vuelta y me interné en el pasillo.

Segundos después, el visitante inesperado comenzó a ascender por la persiana después de que sus alocados ojos advirtieran el objetivo de mi cámara. Fue así como pude inmortalizar al ortóptero de la foto, a un ejemplar de Meconema thalassinum.


Cuando el huésped del que vengo hablando torna a hospedador, el destino le depara un macabro final. A veces, la larva de un parásito se desarrolla en su interior hasta que adquiere el estadío adulto. Cuando lo consigue, el intruso orquesta una serie de modificaciones bioquímicas y moleculares que conllevan un cambio de comportamiento en su hospedador. Llevado por la locura, el ortóptero busca desesperadamente agua donde sumergirse para siempre. Es entonces cuando el parásito insecticida deja atrás su submarino para rematar su terrorífico cometido. Se acercará a la orilla del agua y hará su puesta. El siniestro ciclo se perpetuará.

Tenemos un cadáver y el móvil del sospechoso. ¿Quién es el asesino? Se trata de un nemátodo. Responde al nombre de Spinochordodes tellinii.

Más información en: Biron D.G., Marché L., Ponton F., Loxdale H.D., Galéotti N., Renault L., Joly C., Thomas F. Behavioural manipulation in a grasshopper harbouring hairworm: a proteomics approach. Proc Biol Sci. 2005 October 22; 272(1577): 2117–2126

0 comentarios: