Recién llegado de mi corto periplo por las tierras aragonesas de Monegros y Guara, aquí os cuelgo la primera de las instantáneas que tomé. Un paisaje extraño, un cielo salpicado de buitres leonados (Gyps fulvus) y una bioprotesta anónima fueron los motivos que hicieron que aparcásemos apresuradamente el coche en una cuneta monegrina. Los dos que íbamos en el vehículo la hacemos nuestra.
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