La noite tiene los minutos contados. Miles de meigas se apresuran para refugiarse en los rincones más oscuros de las fragas galegas. Las olas de niebla llegan a la orilla de los albergues jacobeos. Las literas quedan vacías de nuevo. El peregrino calza sus botas y echa andar. Como ayer. Como mañana. Destino: Santiago de Compostela.
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