14 diciembre 2012

El tizón nini

Unos días de después de conocer a la familia de colirrojos tizones bubillos, tuve el placer de ver a otra de origen cántabro. Una madre y su polluelo protagonizaban una tierna escena en la que mamá, algo harta del pequeño, soportaba impasible los graznidos del retoño.


Y es que, el joven colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), ya talludito, parecía vivir a la sopa boba y ser fiel estandarte de la generación “nini”. Aunque quizás su futuro esté en las pasarelas porque posar posaba como nadie.

 
A mi juicio, no le había faltado de nada al muchacho. No era difícil imaginarse a la madre de aquí para allá, presurosa, para alimentar a su hijuelo. Haría cualquier cosa por él. Cualquier cosa... Hasta levitar la vi.


 
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11 diciembre 2012

Los colirrojos bubillos

Y a la boda de Willy Wonka le siguió una luna de miel que espero que encuentre pronto su hueco en este rincón... Mientras tanto, desempolvo un trío de entrañables fotografías de una familia bubilla de colirrojos tizones (Phoenicurus ochruros). Aquella tarde de julio…

Como iba diciendo, aquella tarde de julio, nos encontrábamos en la cocina cuando un piar llamó nuestra atención. Desde la ventana podíamos ver cómo un pollo de colirrojo tizón se había metido en la nave.Posado sobre una sencilla mesa de conglomerado, no tenía prisa ninguna en irse. Cuando me acerqué, cámara en mano, comenzó a revolotear de un lado a otro. De una estantería a una desgastada silla de oficina, de una pila de cajas a un viejo avión remodelado.


Finalmente, pudo encontrar la puerta de salida y, ya en el corral, se encaramó a unas tejas. Estuvo en ellas largo rato, mientras continuaba llamando a sus padres. La estampa quedó finiquitada cuando ambos entraron en escena. Primero lo hizo la madre. Después, un padre atestado de larvas para su pequeño. Y así terminó una historia que no tardaría mucho tiempo en tener su secuela…



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16 noviembre 2012

La boda de Willy Wonka

Hace veinte días estuve en una boda. Los novios estaban felices, radiantes. Hicieron propio aquel veintisiete como si siempre hubiera sido suyo. La emoción les inundaba al mirarse, al besarse, al bailar…

Hace veinte días estuve en una boda. Los invitados comentaban que no faltaba detalle. Más que una boda era una inmensa caja de sorpresas que se sucedían a ritmo frenético, un baúl de ilusiones. Uno de los asistentes dijo que parecía la boda de Willy Wonka.

Hace veinte días estuve en mi boda, en nuestra boda.

Hace veinte días viví el día más maravilloso que ha existido hasta la fecha.

En pasado, presente y futuro, y más allá de todos los tiempos verbales, te quiero.

21 julio 2012

Una cernícala en el tejado

a Dani, Vane, Capitán Garri y Miguelón.

No sé por qué pero no enfocaba. Lo intentaba una y otra vez desde la ventana que se abría a mi antiguo hot-spot. Una pequeña rapaz utilizaba como posadero el extinto sauce que tantos buenos ratos me había brindado. Había en sus ramas un gorrión (Passer domesticus), un puñado de pinzones (Fringilla coelebs), dos lagartos ocelados (Lacerta lepida) e, incluso, uno de nuestros queridos autillos (Otus scops). Pero no, yo estaba obsesionado con mi rapaz desenfocada…

Y entonces me he despertado, me han despertado. Pero no han sido ni los gorriones ni las descargas del colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros) que me enseñó a identificar Capitán Garri. Era otro pajarillo…

Tres horas después, colocaba la fruta que habíamos comprado hacía un rato cuando volvía a oír de nuevo al pajarillo… Sigilosamente, me asomaba a la ventana y veía una silueta extraña. Hora de sacar la recién estrenada cámara y el objetivo...

Y ahí estaba esperándome. Una hembra de cernícalo vulgar (Falco tinnunculus), en un tejado vecino. Sin embargo, no era ella quien emitía el recurrente reclamo. Ella era la atenta madre de quien lo entonaba, más allá de tejas y canalones, fuera de mi alcance.

A primera hora de la tarde, estaba de nuevo en el mismo tejado, en la misma retina, en la misma tarjeta SD.



Equipo:
Canon EOS 60D
Canon 100-400 mm f4.5-5.6 EF L IS USM

Imagen recortada y retocada en PhotoShop

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Réquiem por el sauce ausente
Un cernícalo llamado Antonio
Antonio y yo

19 mayo 2012

La dama del cuerno

Ya no se la ve pero, en el mes de abril, fue asidua convidada del corral. Como si fuera el relevo de la mismísima Cenicienta, la impresionante araña de la foto podía verse desde medianoche. Discreta como ella sola, se cuidaba mucho de ser fotografiada. Varias fueron las veces en las que la dama noctámbula se dio a la fuga, quedando sin inspiración el objetivo. Una noche accedió a posar un instante. Fue el preludio de una de sus últimas huidas.

06 mayo 2012

Los visitantes non gratos

De nuevo, unos gritos me sobresaltaron hace unos días; unos gritos que recordaban a los vividos cuando el señor del sándalo (Santalum album) se quiso apoderar del corral. Fue aparecer la versión primaveral del recordado ortóptero y la escena volvió a repetirse. Una amenazante mirada tras los cristales de la ventana de la cocina dejaba claro cuál tenía que ser el desenlace.

Una cámara fotográfica y un tarro de cristal fueron mis únicas armas para inmortalizar al insecto y transportarlo lejos del hogar. Y así fue, como en aquel septiembre. Porque podrá haber hormigas y avispas, lombrices y caracoles, arañas y opiliones, moscas y tijeretas. Pero nunca, jamás, de ningún modo, langostas o saltamontes. No es que la señora de la casa les tenga miedo. Son, simplemente, los visitantes non gratos.



Entrada relacionada: El señor del sándalo

16 abril 2012

Contrastes

Condensar tres estaciones en una fotografía es difícil. Es difícil aunque el invierno pase rápidamente de puntillas entre el otoño y la primavera. Es difícil aunque uno se levante una santa mañana de viernes y no sepa si es otoño, primavera o invierno. Aunque en pocas horas granice, nieve, haga sol, llueva o salga el arco iris, es difícil capturar en un instante la magia del paso del tiempo. La quiero en el rincón apunté tras verla. ¿Cómo la llamarías? Sin dudarlo, como si supiera la respuesta desde antes de que se marchitaran las hojas de roble de la estampa, me contestó. Contrastes.

11 abril 2012

Ovejas vintage

Cuando me preguntan que qué es lo que escribo en el blog me cuesta contestar. Y es que si sólo atendiésemos a la sección de artículos, el rincón bien podría llamarse “Refritos cuasiliterarios de noticias curiosas de corte biológico”. Y, obviamente, no por escribir acerca de noticias curiosas he de insultar o aparcar el rigor.

Estaba el domingo pasado viendo el telenoticias de mediodía con mi futura cuando una información nos sorprendió sobremanera. Una reportera se hacía eco de una estrategia puntera y revolucionaria que se está convirtiendo en la pera limonera. Una bomba informativa que dejaría a la altura del betún la revelación de la fórmula de la Coca Cola o el descifrado del tercer misterio de Fátima. Al parecer en Boadilla del Monte (Madrid), los bomberos que desbrozan nuestras montañas y nuestros cerros, para evitar incendios de cara a la nueva temporada, trabajan codo con codo con unos entes herbívoros cubiertos de lana.

Y es que ahora resulta que las ovejas (Ovis aries) son útiles en la lucha contra el fuego; limpian nuestros montes cuando se alimentan y abonan el suelo… ¿Curioso? Vale. ¿Desconocido por muchos? De acuerdo. Ahora bien, lo de estrategia puntera me rechina. Quizás sería bueno informarse antes de informar porque tal trama ovina debe figurar en el primer tomo de los Anales de la Historia. Lo mismo era una noticia “vintage”… Como todo vuelve…



Fotografía original tomada de: Literatura Española

29 marzo 2012

La sabuesa flagelada

Buscar, capturar y esperar la señal. Son los tres cometidos para los que ha sido reclutada Euglena gracilis por el doctor Yoshinobu Baba y su equipo. Acostumbrada a la monótona vida en lagunas o charcas, la protista flagelada se ha convertido en la protagonista de una ingeniosa técnica de separación celular.


Su nuevo trabajo discurre en un nanodispositivo que consta de dos microrrecintos conectados por un canal. Euglena, maqueada en su membrana celular con anticuerpos específicos, nada en una de las microcámaras entre un océano de glóbulos rojos y blancos. Su objetivo es encontrar, en la muestra de sangre a estudiar, una o varias células que serían muy difíciles de detectar mediante otros métodos; encontrar a aquellas células que poseen en su membrana los antígenos que serán reconocidos por los anticuerpos que porta. Y no habrá lugar en este microocéano donde puedan esconderse tales células.

La aguja en el pajar de esta historia, el garbanzo negro a capturar, no es otro que la célula metastásica. Inmunosecuestrada por nuestra protista fotosintética, la perversa célula está condenada a ser detectada por el operador del dispositivo.

Un rayo de luz es la señal que espera la sabuesa flagelada. Poco queda para el desenlace. Euglena nada presurosa, huyendo la luz que parece aborrecer, hacia el oscuro microcanal. En el recinto de destino tornará a portadora de malas noticias pero, también, de grandes esperanzas. Habrá células metastásicas pero en ésta, como en muchas guerras, quien cuenta con información privilegiada, cuenta con la más poderosa de las armas.



Agradecimientos al doctor Yoshinobu Baba
Información tomada de:
Eurekalert
Imágenes originales tomadas de: Protist Information Server

25 febrero 2012

De pe a pa

Érase una vez unos diabólicos entes deformes que sembraban el caos aquí y allá. Otrora los priones fueron proteínas mas un día sus caminos torciéronse y torcidos torcieron el destino de muchas células. Y hasta a las vacas tornaron locas.


Pero como nada es blanco y nada es negro, sino todo lo contrario, se supo un día de un prión redimido que salvó, y salva aún hoy en día, a muchas células. Permítanme, antes de continuar, que desempolve al que fue, es y será el diminuto abanderado de este rincón: el cuentacuentos ribosomal.

El viejo orgánulo lee, hasta donde sabíamos, una determinada región del mensajero de acuerdo a sus ancestrales códigos. Sin embargo, bajo condiciones ambientales extremas, el ribosoma de Saccharomyces cerevisiae ve como uno de sus asistentes proteicos muta a benévolo ente deforme.

El renovado ayudante deja así de marcar el inicio y final de la lectura; el cuentacuentos, por su parte, lee íntegro los mensajeros de pe a pa, generándose una nueva colección proteica que, con un poco de suerte, ayudará a enfrentarse al nuevo ambiente e incrementará la supervivencia celular. Y si perduran las vacas flacas, los deformes asistentes pasarán a la descendencia, se perpetuarán.

Nada de modificaciones genéticas. Nada de modificaciones epigenéticas. Intrigante, fascinante. Hay quien dice que es un nuevo tipo de evolución... Dejémoslo en estrategia adaptativa, que ya es mucho.



Información tomada de: NewScientist
Imágenes originales tomadas de:
Protein Data Bank
Lannyland
InternetPhotos

07 enero 2012

Las tarabillas de Bobia

Hace unos días fuimos al Henares mi buen amigo Miguelón, mi queridísimo futuro cuñado y un servidor. Y piqué de nuevo. Que sí, que esta vez vemos al búho (Bubo bubo), o al menos lo oímos, que sé donde está, que lo veo siempre con Capitán Garri… Con todos mis respetos, Capitán Garri debe estar riéndose todavía. Y tú, Miguelón, mi apreciado lector, estas cosas no se hacen. Ornitomitología barata.

En fin, una salida infructuosa en buena compañía que sirvió, al menos, para que Miguelón nos descubriera que es posible ver al telescopio Júpiter y varios de sus satélites. Increíble. Anonadado me hallé.

Por otro lado, recordé que en las entrañas de mi tarjeta SD, guardaba unas fotos de un grupo de tarabilla común (Saxicola torquatus) hechas en verano en la sierra asturiana de Bobia. Cuelgo dos de las instantáneas que hice. La primera es de un adulto; la segunda, de un juvenil. Así me lo confirmó el cruel e insensible Miguelón.



Equipo:
Nikon Spotting Scope RA III 82 WP
Ocular Nikon Spotting Scope WP 20-60x Zoom DS
Nikon Coolpix P5100
Adaptador Nikon FSB-6

Imagenes recortadas y retocadas en PhotoShop